Techo Chile: Comunicado de Prensa sobre Proyecto Finis Terrae

18 Julio 2012

“Es un error pensar que los sectores de menores recursos no necesitan acceder a internet”. Según estudios realizados, las familias vulnerables (segmentos D y E) gastan entre 15 mil y 25 mil pesos en cybercafés 

Un Techo para Chile >
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A partir de investigaciones etnográficas del Centro de Innovación de TECHO-Chile,  se arrojaron resultados inesperados: en nuestro país, los sectores más pobres gastan hasta $25.000 al mes por acceder a internet en los cybercafés. Es decir, no tener conexión en sus casas no los inhibe de acceder al contenido de internet con una frecuencia similiar a un consumidor catalogado como ABC1, sino que los obliga a hacerlo a un costo mucho mayor: pagan más dinero por menos tiempo de conexión, acceden a una conexión más lenta, se exponen a peligros al trasladarse kilómetros para llegar a los cybercafés, etc. *

Con este y otros datos sobre la mesa, el pasado 22 de marzo, Claudio Muñoz, Presidente de Telefónica Chile y Javier Zulueta, Director Ejecutivo de Un Techo para Chile (ahora TECHO – Chile), firmaron un acuerdo entre ambas instituciones para llevar internet a 1 millón de hogares vulnerables en un plazo de 3 años. “No hay razón para pensar que estos hogares no pagarán por tener el  servicio en su hogar, si ya lo hacen por tenerlo lejos. Ya basta de prejuicios y pensar que los sectores con menores ingresos deben seguir excluidos de los avances tecnológicos, es hora de democratizar el acceso a la tecnología y es nuestra labor buscar nuevas formas para hacerlo”, expresa Matías Rojas, director del Centro de Innovación de TECHO – Chile.

Para complementar este plan de conexión y adelantándose a este cambio que se generará en el país, se desarrolló un concurso de innovación social llamado “APPlícate”, que impulsó a los jóvenes a agregarle valor a la conectividad y desarrollar aplicaciones web (ya sea para computadores o smartphones) que ayuden a solucionar las problemáticas sociales que aquejan a los sectores vulnerables del país. Para que así, al acceder a internet, pudieran contar con sitios web y programas que facilitaran acciones cotidianas como buscar trabajo, trasladarse, acceder a material educativo, a mejores opciones de compra, etc.

Miles de “emprendedores sociales” participaron con 613 ideas en “APPlícate”, que tuvo la premiación de los 3 mejores proyectos el pasado 21 de junio. El jurado en esta ocasión lo conformaron importantes personalidades del mundo del emprendimiento y la innovación como Guillermo Scallan, de la Fundación Avina y Diego Philippi de Corfo,  también hubo representantes de los potenciales beneficiarios de la iniciativa como Gina Estrella, dirigenta del campamento Peñalolén. Los ganadores del certamen fueron Dandoo, Edoome y Bottom App.

“Applícate” tiene como objetivo poner sobre la mesa el derecho a acceder a la tecnología y planteárselo a los mejores emprendedores de nuestro país, y entre ellos a los estudiantes universitarios, para así buscar soluciones en conjunto. En este contexto, diferentes universidades que creen en el poder de la innovación social, acogieron el desafío y se lo plantearon a diversas carreras,  sin necesariamente querer participar en el concurso, como la Universidad Finis Terrae con la que trabajamos en conjunto para incentivar la innovación y el emprendimiento social dentro de las casas de estudio. También, las ideas en sus distintas fases fueron expuestas y evaluadas por un grupo de vecinos de los campamentos Villa Esperanza de Conchalí y Peñalolén (ex toma) para que fueran desarrolladas con una base real y no a partir de supuestos”.

Con respecto a la polémica que ha causado el desarrollo de este desafío en la Universidad Finis Terrae, el Centro de Innovación cree que la idea premiada es una iniciativa interesante, ya que recoge una necesidad e idea una posible solución a partir del uso de internet. Sin embargo, su director es enfático al señalar que “de llevarse a acabo debe ampliar su campo de acción no solamente desde teléfonos sino también desde computadores, dado que la penetración de los primeros aún es baja en las comunidades vulnerables. Como Centro de Innovación estamos impactados por la poca altura de miras que se ha tomado este tema en las redes sociales, esto nos deja ver la gran discriminación que aún persiste en la sociedad. Si en Chile aún hay gente que piensa que internet es algo exclusivo para la gente de altos recursos, se sigue perpetuando el extremado clasismo y la discriminación que tanto nos avergüenzan”, finaliza Rojas.

*El estudio IGD 2008 muestra que mientras los jóvenes pertenecientes al segmento socioeconómico ABC1 se conectan en un 93,4% desde sus hogares, los del segmento D lo hacen sólo en un 28% en sus casas, siendo esta la principal diferencia marcada por la condición económica.

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