Vecinos indignados por promesa incumplida de gran espacio público en Arica: “No hicieron nada”

En octubre del 2020, con mucha ilusión, la presidenta de la Junta de Vecinos Miramar II, Roxana Ramos, daba inicio a los trabajos de recuperación de un gran espacio público en Arica, cuyo diseño contó con la participación de los propios habitantes del sector.

La actividad contó con la presencia de los seremis del Minvu, Gobierno y Hacienda, Francisco Vallejo, Víctor Hugo Sepúlveda y Pablo Arancibia, respectivamente; junto al director regional de Serviu, Francisco Meza; ejecutivos de la constructora Pomerape, a cargo de los trabajos; y los consejeros regionales Alejandro Díaz y Gary Tapia.

Sin embargo, prácticamente medio año después de aquel hito, Ramos expresó su indignación debido a que las obras no se ejecutaron, recalcando que nunca hubo una intención de hacer algo en el lugar y que tampoco hubo control hacia la empresa por parte de las autoridades correspondientes ni se le entregó la información a los vecinos.

“Eran 777 millones de pesos para mi querido parque. Es un chiste y falta de respeto de las autoridades. Nosotros conseguimos los recursos como agua, energía y les construimos las oficinas (…), nunca nos comunicaron, no hicieron nada, solo unos pequeños hoyos (…), se pasaron (…), no pueden darle trabajo a una empresa que está quebrada”, afirmó Ramos, en el marco de la comisión remota de Infraestructura del Consejo Regional.

TÉRMINO ANTICIPADO

En dicha instancia, a la que no asistieron el seremi del Minvu y el director de Serviu por un cometido en la capital, profesionales de ambas reparticiones informaron que hubo un 12 por ciento de avance en 3 meses, por lo que el Serviu puso término anticipado a las obras, supuestamente por efectos de la actual emergencia sanitaria que vive el país, agravado por deudas tributarias que avizoraban una probable quiebra de la constructora.

La iniciativa implica una inversión cercana a los 777 millones de pesos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), contemplando la intervención de 5.280 m2 de un terreno eriazo, en que se consideraban áreas verdes; sectores para actividades culturales, recreativas, sociales y deportivas; circuitos peatonales y sombreaderos.