[VIDEO] ¿Conversamos sobre inclusión, diversidad y género en Arica?

07 Abril 2018

Lo que está claro es que nos cuesta conversar y “ponerme en los zapatos del otro” que piensa distinto, que vive distinto, y que es de orígenes distintos. 

Marcelo Oñederra SJ >
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Hace unos días en una iglesia de la ciudad aparecía una bandera de la diversidad sexual. Un grupo de personas había rezado por el respeto a la diversidad de género y la inclusión. La imagen era hermosa para algunos, para otros una pregunta y para unos pocos una incomodidad: ¿qué hace esa bandera de la diversidad sexual colgada del madero de la Cruz?

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Durante estos días en Chile se ha abierto una comisión mixta para conversar sobre un proyecto de ley de identidad de género. Algunos proponen una mayoría de edad, otros que la línea se corte antes de los 18 años.

Lo que está claro es que en temas de inclusión, diversidad e identidad de género nos cuesta conversar. Quizás algunos dirían que como país no estamos preparados para hacerlo, pues las formas de abordar el tema es tan variado que no alcanzamos a llegar a mínimos acuerdos. Los que reconocen la dificultad llegan a proponer que es mejor que sólo se hable de los temas, pero que no se legisle, ya que al hacerlo sólo se conseguirá el desacuerdo y la ruptura de los bandos opuestos.

Lo que está claro es que nos cuesta conversar y “ponerme en los zapatos del otro” que piensa distinto, que vive distinto, y que es de orígenes distintos. Somos una sociedad profundamente racista y sectaria. Hablamos de los otros como si de nosotros dependiera la razón y el abolengo. Incluso aquellas instituciones que podrían ser las más inclusivas han terminado siendo las que se han convertido en las más sectarias y excluyentes.

No puedo olvidar lo que me contó un papá en relación a buscar un colegio que educara a su hijo. Buscó en muchos colegios que le dijeron que no tenían programas de inclusión, que era muy caro. Algunos le decían que ya no tenían vacantes. Colegios católicos y municipales no le otorgaban ninguna posibilidad. Ni siquiera el colegio en donde había sido estudiante en la ciudad de Arica. Todas las puertas se cerraban. La razón era que su hijo tiene síndrome de down. Finalmente fue al colegio que menos pensaba podría tener una vacante. La misma dueña del colegio conversó con el papá y “se puso en sus zapatos”. No sólo le aceptaba a su hijo, sino que también estaba feliz de que fuera educado en esa institución. ¿Qué había en esa dueña de colegio que no tenían los otros expertos educativos? Tenía afinidad, diálogo, empatía con la necesidad del otro, con su vida. El niño estudió en el colegio y fue creciendo y desarrollándose con las mismas ventajas de todos. Hoy ya es un ex alumno reconocido en la ciudad.

Está claro que si queremos hablar de inclusión, diversidad sexual y de género, tenemos que crecer mucho en la escucha y empatía con el otro. Sin haber desarrollado el músculo del respeto de las diferencias nos será imposible ponernos a conversar y comprender que nuestra sociedad es diversa. Claramente en la medida que como sociedad podamos ver el valor la diversidad alcanzaremos una comprensión y respeto del otro que hoy están ausentes en el contexto nacional y regional. Ya el filósofo Montaigne escribía el año 1580 “la cualidad más alta del espíritu es la diversidad”. 

Si quieres ayudar a experiencias de inclusión y diversidad te invitamos a colaborar a comedores solidarios. 

- Comedor del Carmen. Cuenta corriente del Banco de Chile nº105-00979-02, Parroquia N.S del Carmen. Rut 65.490.740-4. Email: [email protected]

- Comedor de migrantes, Capilla San Eduardo. Dirección: Calle Juan Antonio Ríos 1100.