[VIDEO] La migración en Chile es un regalo, pero nos cuesta todavía entenderlo

11 Abril 2018

Nos cuesta como país abrirnos a esta espontánea migración que estamos viviendo. Nos cuesta aceptar que los nuevos flujos ya no vienen de Europa, sino que son de países cercanos y parecidos al nuestro.

Marcelo Oñederra SJ >
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Hace 2 años en la Parroquia el Carmen de Arica pudimos ver un letrero que decía: “Bienvenidos Migrantes”. La idea era poder decir algo en medio del debate nacional sobre migración en Chile. Eran justos los días en donde el actual presidente de la República, don Sebastian Piñera, y el Senador Manuel José Ossandón habían pronunciado sus posturas sobre el tema migratorio en el país, las cuales estaban más cercanas a una lógica de seguridad interior y no en la lógica de integración cultural y derechos humanos.  El cartel se puso en los frontis de las parroquias jesuitas de Arica y Santiago. El mismo cartel se pudo ver en la misa del Papa Francisco en Iquique, el cual era llevado por un grupo de mujeres de la misma parroquia. Sólo el diario El Mercurio de Santiago hizo alusión a la campaña de acogida.

Este lunes 9 de abril se ha firmado una nueva ley de política migratoria, firmada por el presidente Piñera y donde ha tomando en cuenta otros aspectos que estaban ausentes en la anterior ley. Hoy la residencia temporal sólo podrá ser obtenida fuera del país y no como hasta el momento se hacía, pasando de turista a residente. ¿Cuántos hermanos nuestros no podrán entrar en Chile porque ya estaban camino a Chile? Posiblemente hoy tenemos una nueva ley migratoria, pero hemos de esperar que ésta sea justa y se preocupe por los derechos humanos de los migrantes que llegan a Chile.

En nuestra ciudad de Arica percibimos diariamente el fenómeno de la migración. Son miles de ciudadanos peruanos, bolivianos, venezolanos, colombianos, cubanos y dominicanos quienes pasan diariamente por el complejo fronterizo Chacalluta. Algunos de ellos con el deseo de trasladarse a Santiago o al sur del país, otros con el deseo de encontrar mejores oportunidades sea donde sea.

Nos cuesta como país abrirnos a esta espontánea migración que estamos viviendo. Nos cuesta aceptar que los nuevos flujos ya no vienen de Europa, sino que son de países cercanos y parecidos al nuestro. El chileno siempre estuvo orgulloso de encontrar en su árbol genealógico a algún español o vasco en su familia, y si encontraba a un europeo anglosajón saltaba de contento. Nuestra realidad siempre había estado marcada por Europa. En cambio el abrirnos a los países vecinos nos remite a una realidad que nos cuesta asumir: somos iguales y no superiores. Pensar lo contrario nos lleva a la pregunta de: ¿por qué nos sentimos superiores?, ¿de dónde vienen esas tendencias racistas que brotan de nuestros comentarios?, ¿por qué hago diferencia con los países vecinos?

Posiblemente sería interesante observar el aporte que hoy la migración trae al país y a la región: los migrantes aportan más de lo que gastan. Basta observar solo el pago de las visas, que en cuanto ingreso al país es mayor que el gasto que producen los migrantes en educación y salud. Muchas veces nuestras malas políticas públicas se las atribuimos al problema de migración, sin mirar que el problema está en nuestra propia casa y no viene desde fuera.

La dificultad de acoger la población migrantes no es sólo de nuestro país, también lo ha sido en los países europeos y sin duda en Estados Unidos. Aquí está nuestro desafío, poder adaptarnos a esta nueva realidad que vivimos como región, y que antes solo observábamos tomando platea. Abrirnos a las posibilidades que nos llegan desde los países latinoamericanos, a las culturas que nos aportan diferencia, a la diversidad que se nos regala. Abrir nuestra puertas nos traerá sólo beneficios a nuestra región. Es maravilloso ver cómo nuestra cultura va ganando en el espacio del encuentro con los países vecinos. 

Ayuda y acoge

- Comedor del Carmen, cuenta corriente del Banco de Chile nº105-00979-02, Parroquia N.S del Carmen. Rut 65.490.740-4. Email [email protected]

- Comedor Capilla San Eduardo, calle Juan Antonio Ríos 1100.