¿Vivimos hoy los chilenos mejor que hace dos años atrás?

22 Septiembre 2012

Mi respuesta es sí, entendiendo que siempre podríamos estar mejor, pero comprendiendo que volver a dinamizar un país que estaba estancado, alejado de esos años de esplendor económico vividos entre fines de los años 80 y la década de los 90, es una tarea compleja

Víctor Mardones... >
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Hoy cuando nos encontramos celebrando un nuevo aniversario patrio, es pertinente hacer una reflexión en relación al estado actual de nuestro país, más entendiendo la pérdida sucesiva de confiabilidad que vemos a diarios en todas las encuestas hacia nuestras autoridades e instituciones, las crecientes solicitudes de demandas sociales, como también el progresivo fervor de nuestra sociedad civil. Por esto, debemos realizarnos una simple, pero siempre difícil e importante pregunta; vivimos los chilenos mejor que hace dos años atrás. Mi respuesta es sí, entendiendo que siempre podríamos estar mejor, pero también, comprendiendo que volver a dinamizar un país que estaba estancado por varios años, alejado de esos años de esplendor económico vividos entre fines de los años 80 y la década de los 90, es una tarea compleja. Ahora, como siempre desde pequeño me enseñaron, o más bien me inculcaron que nuestras respuestas debían ser permanentemente fundadas, debo realizarlo de esa manera.

¿Por qué vivimos mejor hoy? Porque hay 339 mil personas que lograron encontrar trabajo cada año, es decir, más de 700 mil en los últimos dos años, empleo que antes no tenían; Porque 300.000 mil estudiantes pueden optar a becas, cuando antes no tenían acceso a ellas, ahora nuestros estudiantes solo pagarán un 2% de interés en sus créditos universitarios y no el 7% que tenían antes; porque hace sólo dos años el presupuesto anual en educación eran 7 mil millones de dólares al año, mientras hoy, se gastan 11 mil millones. Lo anterior, financiado con una reforma tributaria que aumenta –entre otras cosas- el impuesto a las grandes empresas de 17 a 20%, reforma esperada por más de 20 años. Hoy las mujeres de nuestro país tienen derecho a estar seis meses con sus hijos recién nacidos, con todos los beneficios comprobados que aquello tiene en el desarrollo infantil, opción que antes no poseían; porque esa clase media, antes tan postergada ahora puede optar a subsidios habitacionales, escenario antes inimaginable; porque aquellas personas que llevaban años esperando para ser atendidos en la asistencia pública, los mismos que eran parte de las tan conocidas lista de espera AUGE, hoy recibieron su tan anhelada atención; además contamos con una ley de deberes y derechos a los pacientes de la salud, y hoy nuestros jubilados ya no tienen el descuento del 7% de sus cotizaciones de salud.

Porque aquellos emprendedores que quieren crear una nueva empresa, antes tardaban largos 27 días y ahora sólo tardan 7. Hoy los consumidores tienen más protección con la creación del SERNAC financiero; porque hoy vivimos en un país que volvió a crecer a tasas sostenidas de un 6%, un país que el año 2012 tuvo récord históricos de inversión extranjera, llevando a Chile ocupar el sexto lugar en la lista de países receptores de Inversión foránea directa de las Naciones Unidas en el presente año. Porque a marzo del año 2010  las remuneraciones habían crecido solo un 2,3% nominal en los últimos 12 meses, en cambio a marzo del 2012, las remuneraciones alcanzaban un aumento anual del 6,6%; porque en la actualidad nuestros servicios públicos van mejorando con la creación de Chile Atiende, que busca acercar los trámites y beneficios del Estado a los ciudadanos, facilitándoles el acceso y ahorrándoles tiempo y dinero en su realización; porque ahora pueden votar de forma automáticas nuestros jóvenes –antes no inscritos- y el voto es voluntario; porque ahora tenemos un nuevo Ministerio de Desarrollo Social, que apunta a resolver una herida latente en nuestro país que es la pobreza. Durante la década pasada, los ingresos provenientes del trabajo de los hogares del 10% más rico de la población equivalían, en promedio, a 21,3 veces los de los hogares del 10% más pobre. Entre 2010 y 2011, esta proporción bajó a 14,8 veces, ahora nuestras familias más vulnerables cuentan con un ingreso ético familiar; la pobreza cayó de un 15,1 a un 14,4, pero tal vez algo más importante, que la pobreza extrema cayó de un 3,7 a un 2,8%. Entendiendo que también contamos con una ley de tolerancia cero al alcohol de los conductores, bono bodas de oro, ley antidiscriminación, acuerdo de vida en pareja,  registro nacional de prófugos, portabilidad numérica, 60 liceos bicentenarios de excelencia, beca vocación de profesor, nueva ley dicom, plan Chile estadios, bono solidarios de alimentos y la extenuante tarea de reconstrucción realizada a raíz del terremoto del año 2010.

Porque hoy se ejecutan transformaciones que buscan garantizar un futuro exitoso, porque se sientan las bases para transformar a nuestro país, en un país de oportunidades, porque se entregan beneficios sociales permanentes y no soluciones momentáneas que solo buscan solucionar el “momento”, porque hoy se ejecutan políticas públicas contundentes y robustas, las cuales en muchas ocasiones no son del todo popular, pero si del todo correctas, por todo esto y mucho más, soy un convencido que hoy vivimos mejor que hace sólo dos años atrás, pero también soy un convencido que hoy vivimos peor que en los próximos dos años.