¿Por quién votan los delincuentes?, ha sido una pregunta frecuente en este ùltimo tiempo de campaña electoral, más allá de respuestas dignas de este periódo nadie ha sido capaz de tomar el tema con una real altura de miras.
¿Por quién votan los delincuentes?, ha sido una pregunta frecuente en este ùltimo tiempo de campaña electoral, más allá de respuestas dignas de este periódo nadie ha sido capaz de tomar el tema con una real altura de miras.
Según entendemos en nuestra lengua,
delincuente, es sinónimo de antisocial, siendo este el que tiene conductas opuestas al orden social.
De esta manera la duda de los diversos comandos acerca de
¿por quién votarán los delincuentes? queda desde ya resuelta, los delincuentes al menos en su mayoría no acudirán a votar, entendiendo que el voto es una de las muestras más perfectas de que existe un orden social, aceptado por todos con excepción de los antisociales.
Ya resuelto este tema, sería bueno que los comandos en vez de sólo preocuparse de reprimir la delincuencia y empezar con sus ofertones de penas, cárceles y leyes, se pregunten, haciendo la relación lógica de a mayor cantidad de delitos mayor cantidad de delincuentes,
¿Por qué en una sociedad como la nuestra cada vez más personas deciden cometer actos contra el orden social?.
El delito y los delincuentes no son un problema de clase, delincuentes existen en todas las capas de la sociedad, pero
¿Qué lleva a una persona a delinquir?.
Las respuestas que dan los expertos en lo que se denomina “
Teoría del Delito ”, son diversas, pero sin duda algo es claro: En una sociedad que cada día tiene más bienes, placeres y goces, los cuales además se publicitan como asequibles para todos, la sensación de insaciedad hace que se busque por cualquier método este tan ansiado y hedonista placer.
El problema no es el sistema, el problema está en los valores que de él se están mostrando.
Los candidatos deberían pensar un poco más profundamente el tema, y buscar soluciones de fondo, que apunten más allá de la dupla
acción - reacción, y los ciudadanos debemos cumplir un rol incluyente, rehabilitador pero también firme en la búsqueda de la disminución de conductas que vayan contra el orden que de alguna u otra forma todos contribuimos a mantener o cambiar.