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Que no se pudiera realizar propaganda en diarios electrónicos ni a través de redes sociales era "tirado de las mechas". En tiempos en que los medios digitales han promovido una apertura editorial en Chile y las redes sociales han democratizado la aparición de nuevos candidatos, resultaba anacrónica la medida del Servicio Electoral (Servel) en el "Manual de consulta de campaña y propaganda electoral" [13].

"Na na na na, common", con la incredulidad de la prensa digital, el descontento de la ciudadanía y la crítica de los partidos y candidatos, el hecho se había convertido en "el escándalo de la semana" y la entidad tuvo que salir al paso.

(Página 23)

En una declaración pública sobre esta "desafortunada polémica", el Servel explicó que la Ley 18.700 fue recientemente modificada, señalando en su artículo 30 "que la propaganda electoral es un evento o manifestación pública que sólo podrá efectuarse en la oportunidad y forma prescrita en esta ley", considerando internet y redes sociales como una manera de propaganda política.

Por lo anterior, el Consejo Directivo del organismo incorporó 2 criterios:

• Que la prensa electrónica constituye una forma de prensa escrita, la que se ceñirá a las mismas reglas que regulan a esta última, sin distinción ni discriminación de ningún tipo.
• Que se podrán efectuar comunicaciones privadas tales como: correos físicos o electrónicos, llamadas o mensajes telefónicos o las que se realizan por medio de Internet a través de redes sociales, ya que no constituyen manifestaciones públicas y, por ende, no son propaganda electoral, según la definición de la actual legislación.

¿La entidad modificó una norma que demostró la poca "conexión" del Servel con la social media? Lo irónico es que gracias a los medios electrónicos y a las redes sociales estás cosas "ya no pasan coladas".