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Un hecho que deja de manifiesto la celeridad   del Ministerio Público, quedó constatado en las últimas horas en la sede de la “Asociación de Familiares  Contaminados Los Industriales 2.0”, ubicada en el kilómetro 3 del Valle de Azapa, la que acusa un progresivo desmantelamiento por robos que no han cesado.

Pese a las denuncias efectuadas por sus dirigentes, hace un año, y la constitución de efectivos de ambas policías, quienes corroboraron el accionar de los antisociales, aún se está a la espera de algún resultado por parte de la Fiscalía local, que conoció del caso en marzo del 2017.

En las últimas horas el presidente de la entidad, Orlando Navarro, mostró al Consejero Regional Gary Tapia, el accionar delictual mediante el robo de madera, de material aislante, cableado, interruptores, estanques de agua, mesas de pin pon, además de sendas perforaciones que han permitido el ingreso para desmantelar el equipamiento interior que existía.

“Esto empezó en enero del año pasado, fuimos dos veces, tanto a Carabineros e Investigaciones, quienes se constituyeron en este lugar, y como en marzo fue la intervención de la Fiscalía y desde ahí no ha pasado ninguna cosa, sin ningún resultado”, manifestó Navarro.

“Yo llamo a todas las instituciones que tienen que ver con estos hechos, tomen las medidas y poder identificar a los malhechores, pero también generar las instancias y ayuda necesarias para que este espacio no se pierda (…) emitiré un informe en el seno del Consejo Regional, tras esta visita, ya que ellos se han adjudicado proyectos del Gobierno Regional, por lo que todo esto que se ha invertido no puede terminar siendo destruido”, agregó Tapia.

Lo inaudito es que, pese a todo el daño causado que asciende a los $ 3  millones de pesos,  los antisociales en el interior de la sede hicieron una celebración, encendiendo carbón y dieron rienda suelta a sus festejos, que afortunadamente no originaron perjuicios mayores a los evidenciados.

El objetivo de la asociación  es albergar a sus 120 asociados , pero, a su vez, beneficiar a los 13 mil  de habitantes del sector norte que fueron afectados por los poli metales, aprovechando su ubicación, libre de toda contaminación,  mediante  reuniones, convivencias  y diversos eventos recreativos.