No es lo mismo hacer un voluntariado que coordinar voluntarios, aunque ambos roles son totalmente necesarios y complementarios.
Poco a poco Arica se levanta de la catástrofe donde las lluvias estivales, o mal conocidas como invierno boliviano no dieron tregua, y donde muchas personas vieron como el agua y el barro destruyeron en minutos el trabajo de años.
Ante este hecho, logré visibilidad dos caras de una misma moneda: Por un lado, la generosidad de las personas que dejaron sus casas, sus familias, sus planes del fin de semana para hacer ponerse al servicio de otros, haciendo turnos éticos en los albergues que se dispusieron tanto en el día como en la noche. Otros en tanto, se preocuparon de los animales y mascotas, abriendo incluso las puertas de sus casas para acoger a los animales que quedaron a la deriva.
La sociedad civil organizada también se mostró – como siempre- sensible a estos hechos y con lo que tuvo y pudo, supieron responder de manera admirable e ingeniosa a una emergencia que nos afectó a todos por igual.
Pero como todo tiene una cara no favorable, también observé hechos lamentables donde la palabra "ayudar" se perdió en las verdaderas intenciones que implica ejercer el voluntariado en todas sus dimensiones. Porque claro está, una cosa es el voluntario genuino, desinteresado, anónimo, articulado y pro bienestar de la comunidad, y otra diametralmente distinta es abusar de este ejercicio para lograr fines personales o tener protagonismo ante hechos como estos que más que apoyar, distancian a estas personas que realizan un voluntariado permanente, de cara a la comunidad, donde el trabajo colaborativo es reconocido fundamental para lograr un mayor impacto.
No es lo mismo hacer un voluntariado que coordinar un espacio de trabajo
A su vez, no es lo mismo hacer un voluntariado que coordinar un espacio de trabajo que vincule a voluntarios, ya que entre ambas acciones hay un mundo de diferencias, un mundo de acciones y responsabilidades que no son las mismas para cada uno. Pero lo bonito de este trabajo conjunto es que ambos tributan a buscar un mismo fin, el bienestar de las personas, por tanto, voluntarios y quienes coordinan estos espacios son complementarios e igualmente importantes.
Por lo mismo, al momento de coordinar a un grupo de voluntariado no podemos perder de vista los siguientes elementos:
Como decía, no es lo mismo hacer un voluntariado que coordinar voluntarios, aunque ambos roles son totalmente necesarios y complementarios, el voluntariado siempre debe apuntar a una estrategia más grande y esto solo se logra gracias al trabajo mancomunado entre el sector público y privado (ambos aportan con lo mejor que tienen) permitiendo complementar esfuerzos que permanezcan en el tiempo, y así no sobre intervenir los espacios en situación de vulnerabilidad, ya que con el tiempo desgasta doblemente a las personas que están viviendo en esta situación transitoria.
La invitación es a trabajar con otros sin miedo, entendiendo que la organización que represento tiene una determinada experticia, porque claro está, no lo sabemos todo, así que para lograr la tan anhelada integralidad, necesitamos del apoyo de otros que lleguen a sumar a este trabajo con nuevas ideas, nuevas estrategias y nuevas energías, permitiendo complementar y dar continuidad al trabajo ya realizado.
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