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Instalarse en Arica con una tienda en la que se puedan vender e intercambiar piezas de colección y antigüedades y, al mismo tiempo, compartir y aprender sobre la historia y tradiciones familiares que existen detrás de esos objetos, es el sueño de Elizardo Ramos Silva, coleccionista y anticuario, al más puro estilo de la famosa serie de tele realidad norteamericana “El Precio de la Historia” [12].

Ramos, quien llegó al norte desde Molina, en la Región del Maule, desde muy pequeño desarrolló una afición por todo lo que tuviera que ver con lo antiguo, que encerrara una historia para contar. “Desde que era niño me encontraba puntas de flechas en las viñas, piedras indígenas, llaves stillson, fósiles, moluscos fosilizados, llaves de arado, etc. Empecé a coleccionar, intercambiar y hasta vender lo que me encontraba y ahí desarrollé el amor por las antigüedades. Sin embargo, cuando llegué a Arica le sumé el gusto por conocer y compartir los relatos que había detrás de cada objeto”, relató.

Fue así que comenzó a recorrer los distintos sectores de la región, especialmente las zonas rurales de Camarones y Putre, buscando artefactos antiguos, conversando con las personas y recolectando historias, hasta que logró tener más de 500 piezas para su colección. En estos viajes encontró antiguas planchas de fierro y a carbón, botellas, vasos, javas de madera, chuicos, ollas con patitas, lecheros de fierro fundido, máquinas de escribir, máquinas de coser, llaves de bronce, candados, botellas de condimentos, monedas y hasta herraduras, con los que inició su tienda, hace ya 4 años. 

“Así logré tener un stock y poner un puesto en la feria, donde vendía mis productos. Ahora, con el tiempo, y como busco objetos más específicos, principalmente trabajo desde mi casa y por Internet, con una cartera de clientes estables”, agregó.

¿Qué buscan los ariqueños?

Según explicó el anticuario, lo que más buscan los ariqueños son piezas de la Guerra del Pacífico o de la historia de las Salitreras; también muchos objetos de fierro fundido, colecciones de planchas o máquinas de escribir. 

“En Arica existe un movimiento muy fuerte dedicado a la compra y venta de antigüedades, objetos de colección y monedas. De hecho es una de las ciudades de Chile donde yo he visto mayor movimiento y donde he vendido más en comparación con otros lugares. A la gente en Arica les gusta la historia, las tradiciones, son coleccionistas”, detalla.

Sobre sus tesoros más preciados, Ramos cuenta en su colección personal con una trompeta de 1792, monedas de plata de 1927, aceiteras de oliva de la época de las salitreras y un sombrero mexicano de bronce en una sola pieza, que es un cenicero solitario.

“Cuando uno se dedica al tema de las antigüedades, va adquiriendo conocimientos, recopilando historias y sobre todo recuerdos, imaginando a la gente de épocas pasadas y sus andanzas. Las personas se emocionan cuando compran una antigüedad, porque vuelven a sus infancia, recuerdan a sus abuelos (…) yo he visto gente llorar cuando logran tener una pieza de colección”, destacó.

Respecto a las normas que existen actualmente para la protección del patrimonio histórico, el anticuario se declara respetuoso y practicante, “porque en esta actividad lo importante es hacer todo de acuerdo a las normas, y aprender cuáles son las cosas que están prohibidas para transportar o recoger, incluso a simple vista del suelo, porque forman parte del patrimonio del Estado y hay que ir de acuerdo a la ley”, enfatizó.

Actualmente, Elizardo Ramos [13] trabaja en la construcción de una tienda virtual, para que sus antigüedades salgan al mundo a través de un sitio web y de Facebook.

Ver también: Violinista Albert Kleizt Melo: “Arica tiene mucho potencial para el desarrollo de la música docta” [14]

Galeria Imagenes: 

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