Una nueva desesperanza para las pensiones en Chile

Luego de que el Senado y específicamente la Derecha política (Alianza por Chile), votara en contra de la posibilidad que los bancos ingresaran al sistema de AFP, surge una nueva desesperanza de mejores días para los pensiones de los trabajadores de Chile.
Historia de la actual situación
Durante el gobierno dictatorial de Augusto Pinochet, se creó en Chile el sistema de AFP, con la intención de mejorar el sistema previsional de los trabajadores. Aún está presente en la memoria colectiva, la forma brutal en que fue “forzada” la voluntad de los trabajadores de sumarse a las creadas AFP. Quienes se aferraron al despreciado sistema previsional antiguo, finalmente al momento de jubilar han terminado con mejores pensiones que aquellos que optaron por el sistema AFP.
Cabe señalar que en el sistema previsional anterior aportaban al fondo los trabajadores, los empleadores y el Estado. Era un sistema solidario donde los jóvenes colaboraban con los trabajadores pasivos. El nuevo, en el fondo, tenía un mensaje fuerte y claro: ¡Cada uno se las rasca sólito! -empleando un dicho popular- y el aporte solo es del trabajador.
Lo que igualmente debemos tener claro es que de las iniciales 20 AFP, solo quedan 6 y 3 de ellas concentran el 75% de los afiliados. Más concentración ¿Dónde?
De estas 6 “sobrevivientes”, veamos cual es su relación con los bancos.
Provida : Asociada a BBVA
Habitat : al Citibank
Bansander : Bco. Santander
Cuprum : al grupo Pentam
Santa María : a ING Group
Planvital : a Banca de la Svizzeri Italina.

Último camino de los trabajadores
Previo a señalar la opción aún no capitalizada por los trabajadores chilenos, recordemos que en otros países de Sudamérica existen AFP estatales.
En Uruguay, la AFP estatal concentra el 52% con comisiones más bajas que las AFP privadas. En Argentina igualmente, aunque las comisiones son bajo el promedio, no es la más baja lo que es una buena señal.
Si el BancoEstado hubiera tenido la opción de ser AFP estatal, esto no hubiese asegurado que fuese la mejor opción. De hecho la historia nos anticipa con lamentables ejemplos como este Banco ha aplicado intereses abusivos con sus clientes y las tasas que aplica no son necesariamente las más bajas en la banca nacional. En resumen, es un banco más, sin diferencias de beneficio para el ciudadano común.
En este escenario, donde existen muchos intereses que se cruzan, donde la fuerza económica ejerce igual poder político, la ciudadanía tiene un inmenso poder que no ha sabido ejercer: el poder ciudadano, que se expresa en el último recurso democrático: la exigencia de plebiscitos que podrían estar contenidos en la Constitución. Algún día Uruguay ejerció este poder para que el agua fuera una responsabilidad estatal y no que estuviera en manos privadas. Lo resultados fueron positivos.
Una analogía muy rescatable la entrega el sistema de salud. Los trabajadores tienen la opción de afiliarse a la salud privada (Isapres) o a la pública (FONASA). Y que conste esta “providencia” constitucional fue adoptada en el gobierno dictatorial.
Queda por este camino, el plebiscito, lograr un consenso trabajadores – parlamentarios y Estado, con el fin de lograr un sistema realmente justo, no esquilmador del fruto del trabajo de los chilenos, que por hoy, extrañamente temen el día de la jubilación, ya que saben que recibirán sueldos miserables, que afectarán duramente su calidad de vida.