Debe ser triste la existencia sin un objetivo de vida, o un hilo conductor que la dirija. Algunos buscan en la fé una salida a la desesperanza o incertidumbre. Pero yo creo es más triste cuando un velo cubre aquella mirada que permitiría sortear con éxito las dificultades o realidades penosas que nos toca vivir.
Hay muchas lecciones de vida que nos enseñan, a veces a porrazos, que el hundirse en la pobreza moral o en la derrota, sólo nos arrastra a vivir miserablemente la existencia.
Cuando leo a Don Luis, justificando el desánimo y la desesperanza que algunos advierten en nuestra ciudad, surgen estas reflexiones. Cuando yo despierto cada día, y puedo mirar mi entorno más inmediato, mis seres queridos, verlos sanos y animosos, nuevas fuerzas se apoderan de mi persona, y salgo a "pelear" el día con la esperanza que lograré más que un empate.
Debe ser triste la
Debe ser triste la existencia sin un objetivo de vida, o un hilo conductor que la dirija. Algunos buscan en la fé una salida a la desesperanza o incertidumbre. Pero yo creo es más triste cuando un velo cubre aquella mirada que permitiría sortear con éxito las dificultades o realidades penosas que nos toca vivir.
Hay muchas lecciones de vida que nos enseñan, a veces a porrazos, que el hundirse en la pobreza moral o en la derrota, sólo nos arrastra a vivir miserablemente la existencia.
Cuando leo a Don Luis, justificando el desánimo y la desesperanza que algunos advierten en nuestra ciudad, surgen estas reflexiones. Cuando yo despierto cada día, y puedo mirar mi entorno más inmediato, mis seres queridos, verlos sanos y animosos, nuevas fuerzas se apoderan de mi persona, y salgo a "pelear" el día con la esperanza que lograré más que un empate.
Vamos Don Luis, la felicidad existe.