<p>Cuando yo era chico pagar las deudas era lo normal, los chilenos se
enorgullecían de ser buenos pagadores, pero con un sistema de crédito
universitario masivo, tan estúpidamente diseñado, el vacunazo se
convirtió en lo común.</p>
Junto
con el cambio desde el sistema antiguo, con pocas universidades gratis,
a otro con muchas universidades pagadas, apareció el problema del
financiamiento. Para los mejores alumnos -poquitos- estaban las becas,
pero ¿como iban a pagar los de rendimiento normal o mediocre? Para ellos
apareció el crédito fiscal.
En
un principio los créditos eran sólo para los alumnos de universidades
del Estado. Pero con el tiempo el 70% de los alumnos estaba en
universidades privadas y ellos también reclamaban por financiamiento.
Para esos alumnos, durante la concertación se diseñó el crédito con aval del Estado,
contratado con la banca comercial a un interés altísimo. Para los
bancos es un negocio maravilloso porque si el alumno no paga lo paga el
estado, cero riesgo y alto interés ¿que más podrían pedir?.
Los
que pierden la carrera rara vez pagan los créditos y muchos que se
titulan tampoco los pagan. Entonces quedan como deudores eternos del
Estado y la deuda va creciendo exponencialmente con multas e intereses
hasta que a los pocos años se hace impagable. Curiosamente el estado
conserva en su contabilidad esas deudas, durante 20 o más años, subiendo
a niveles vertiginosos. Obviamente esas son sumas que jamás se van a
recuperar y solo existen en el papel.
¿Qué
pasa a los que no pagaron? Se les retiene eternamente las devoluciones
de impuesto, les descuentan un 40% de los pagos de las universidades
acreedoras y quedan en el registro DICOM, que les impide tomar cualquier
clase de créditos, incluso les impide la contratación en muchos
trabajos. La gran diferencia con los créditos de consumo normales es que
estos tienen aval del Estado.
La
morosidad de los créditos universitarios, como podrán imaginar, es
enorme y ha creado una situación donde todos pierden: los deudores con
su deuda virtual impagable que crece cada día, además de un historial de
crédito manchado de por vida. El Estado con una deuda "contable" a su
haber que igual alcanza cifras astronómicas, pero sólo existe en el
papel. Y la economía en general con menos gente con acceso al crédito.
Todos perjudicados ¿que se podría hacer?. Yo creo que para el bien de todos es una situación que debe sincerarse.
Primero
que todo bajar los intereses. El gobierno hace el negocio más estúpido
si con intereses altos facilita créditos impagables, y al mismo tiempo
avala esos créditos. No hay mejor ejemplo que ese de un disparo en el
pie. Mucho más conveniente para el propio gobierno, sería poner cero
intereses cobrando sólo la inflación.
Luego
habría que sincerar la situación de los incobrables. Todos los bancos
del mundo pasan a cartera vencida lo que no han podido cobrar pasados 10
años del vencimiento, excepto el Fisco de Chile, que además avaló y
pagó esos créditos ¿Que ganan con mantener para siempre esas deudas?
Absolutamente nada, sólo generan rencor, especialmente de aquellos que
abandonaron sin terminar los estudios. Es de lógica elemental hacer
borrón y cuenta nueva, o una fuerte renegociación de todas las deudas
con más de 10 años, ahora absolutamente incobrables.
Finalmente
-lo más importante- un sistema eficaz para cobrar los créditos
vigentes. La idea de un pago mínimo del 5% de los ingresos tributables
cada año es muy buena, pero el descuento debe ser operativo y en lo
posible automático. También podría ofrecerse alternativas excepcionales
de pago, por ejemplo trabajando en Servicio Pais o en la Administracion
Pública a medio sueldo o similares.
Cuando
yo era chico pagar las deudas era lo normal, los chilenos se
enorgullecían de ser buenos pagadores, pero con un sistema de crédito
universitario masivo, tan estúpidamente diseñado, el vacunazo se
convirtió en lo común. Es urgente cambiar esa situación y volver a
convertirnos en buenos pagadores.