Una leyenda rediviva: Kamiris y Wajchas (II PARTE)

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Recientemente la Comunidad ha motivado una tensa confrontación, a consecuencia de la voluntad expresa y ejercicio efectivo de sus actuales socios de colaborar con el desarrollo minero. En una reunión-manifestación en la Intendencia Regional, oficializó su respaldo a la actividad minera. El vicepresidente Raúl Vásquez declaró:
“Frente a algunas desinformadas voces que se manifiestan en contra del desarrollo minero en Parinacota, no podemos quedar indiferentes. Es hora de que nosotros, los reales propietarios de las tierras involucradas, descendientes indígenas, aseguremos que el progreso de este rubro puede generarse sin efectos para el medio ambiente, a través de la mejores medidas de prevención y mitigación y el uso de alta tecnología”. (¡Escúchanos, Señor, te lo rogamos!).
El lema de la Comunidad Juan de Dios Aranda es “¡Sí a la minería con respeto al medio ambiente y a las comunidades Indígenas”.
A propósito de respeto, la Comunidad Indígena de Putre ha puntualizado que se le está pasando a llevar flagrantemente y ha hecho frente común con otras organizaciones de base como las Juntas de Vecinos Nº 1 y Nº 15, el Comité de Agua Potable y la Delegación de Regantes. Diríase, la voz del pueblo. Lástima grande que en estos tiempos de neoliberalismo avasallante se esté instalando un nuevo paradigma: la voz de Dios es la voz del mercado.
Es lo que sostiene, precisamente, el presidente de la Junta de Vecinos Nº 1 de Putre, Tomas Lara Choque: “La comunidad Juan de Dios Aranda mira con el pensamiento comercial, pero no por el lado ambiental y la biosfera. La comunidad de Putre se opone a la minería”.
Entre otros planteamientos que se han alzado contra las pretensiones de la Comunidad Juan de Dios Aranda, están los del abogado y ex Gobernador Provincial de Parinacota, Isidro Vásquez Mazuelos, quien sostiene que sus dirigentes no han rendido cuentas de los dineros que han recibido, “como por ejemplo, más de 300 millones de pesos por expropiación de la ruta 11 CH, administración de las Termas de Jurasi, venta de áridos a empresas constructoras de la ruta 11 CH y dineros recibidos de la Minera Hemisferio Sur, cuyos millonarios montos se desconoce”.
También los acusa de la “venta del agua del acuífero del volcán Taapaca a la Minera Hemisferio Sur, lo que afecta a la cuenca del río Lluta, Comunidad de Colpitas y regantes de los pagos de Sajata, Llipi-Llipi, Surunche, Ancolacaya y otros”, como también los responsabiliza de haber constituido ya derecho de servidumbre en favor de la Minera Hemisferio Sur para la explotación de manganeso.
Desde esta perspectiva, no puede uno menos que sentirse tentado a interpretar el porqué de la férrea adhesión de los dirigentes de la Comunidad a la minería: están lucrando y beneficiándose aún antes de que comience a operar el Proyecto Los Pumas de Hemisferio Sur.
Por esta razón, la Comunidad Juan de Dios Aranda tiene que responder ante la opinión pública y frente a sus socios. Y también tiene el imperativo moral de responder ante el nutrido prontuario de cargos por presunto atropello a los comuneros lugareños, como éstos que enumera el abogado Isidro Vásquez:
-Desconocen la calidad de poseedores de terrenos de los agricultores que cultivan tierras en la Pampa Lluscuma, “a quienes pretenden privar de sus terrenos, ejerciendo acciones judiciales en contra de ellos”.
-Impiden el desarrollo urbano de Putre, al negar la ampliación del agua potable para consumo humano que ha solicitado en reiteradas ocasiones el Comité de Agua Potable de Putre.
-Tienen paralizado, a causa de su oposición, el Proyecto Camino del Inca Putre-Zapahuira, iniciativa que postula a su declaración como Patrimonio de la Humanidad, por parte de la Unesco (Fondo de las Naciones Unidas para la Educación y la Ciencia).
Igualmente, el abogado Isidro Vásquez se refiere a las inhabilidades que afectan al proyecto Los Pumas a la luz del Convenio 169 de la OIT, ya que el yacimiento minero de manganeso se ubica en las proximidades del Parque Nacional Lauca y está además inserto en el Area de Desarrollo Indígena (ADI). Esto implica dos instancias obligatorias: consultar a los habitantes de Putre y sus organizaciones sociales y someter el proyecto a un Estudio de Impacto Ambiental, conforme a la Ley Nº 19.300; aparte de la eventual y justa indemnización a los habitantes de Putre.
La actitud de las organizaciones sociales de Putre y de los agricultores de Lluta revela el drama de unos Wajchas que intentan defender lo poco y único que tienen (la tierra, el agua; es decir, los soportes de su subsistencia y de su razón de ser) frente al despojo que se proponen consumar los codiciosos Kamiris mimetizados con los intereses de las empresas mineras.
Digamos que el rechazo a Los Pumas es aún más amplio, porque lesiona a otras comunidades. Es que los que propugnan actividades económicas en ecosistemas vulnerables no saben o no quieren ver más allá de sus narices que un determinado sector geográfico involucra toda una red de interrelaciones y efectos que abarca un espacio mayor.
La Junta de Vigilancia del Río Lluta y sus Tributarios planteó ante la opinión pública a nivel regional, nacional e internacional lo siguiente:
“Rechazamos y declaramos en forma categórica que el Proyecto Minero de Explotación de Manganeso denominado Los Pumas, de la empresa transnacional Hemisferio Sur S.C.M., NO cumple con ninguno de los parámetros de desarrollo sustentable para la región de Arica y Parinacota; por lo tanto, es un proyecto inviable e inejecutable, que se suma a los ya nefastos resultados de otras sociedades mineras que han operado en la región.
“Este proyecto minero de manganeso es inadaptable para la situación hídrica de la región, y es incapaz de detectar amenazas y efectos adversos al medio ambiente y al sistema ecológico de la zona del proyecto. La situación de la matriz hídrica de la zona del proyecto no soporta otra intervención para la utilización de sus recursos hídricos; es decir se produciría un colapso hídrico en el corto plazo.
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