El triste ritual del recuerdo doloroso

13 Septiembre 2005
Vestidas de negro y de pie frente a la Catedral San Marcos, un grupo de mujeres se manifiesta tradicionalmente por más de 21 años, en recuerdo al dolor, a los que ya no está y a los que nunca se supo dónde fueron.
Gerardo Espíndola R. >
authenticated user Corresponsal
Otro once de septiembre más en Arica.
Como siempre la jornada estuvo tranquila por estos rincones de Chile, salvo algunos disturbios breves frente a la Primera Comisaría, registrados en la noche, pero que no pasaron de ser una barricada débil y un grupo pequeños de muchachos saltando.
Durante la mañana del domingo fui a cubrir la ya tradicional ceremonia que realizan las mujeres de luto de Arica, en las gradas de la catedral en recuerdo de las víctimas de la dictadura que aún permanecen desaparecidas. Con un lienzo grande que decía "Señor Lagos, hay indultos que parecen insultos", el grupo de más de 30 mujeres permaneció alrededor de una hora frente a la plaza Colón, de pie, en silencio, cantando, hablando y recordando.
Frente a las mujeres se apostaba otro grupo de personas que observaban. Grupos con banderas de las Juventudes Comunistas, cubrían un buen tramo de la Plaza Colón, en tanto otras personas en medio del silencio, respetaban la ceremonia que por 21 años se viene realizando en este lugar.
Después de los discursos y los cantos, una mujer sola bailó al ritmo de una cueca triste en medio de la calle, para luego iniciar la marcha rumbo al cementerio, en la que se unieron hombres y mujeres, caminando pacíficamente hasta llegar al camposanto.
En la ruta me encontré con varios conocidos, colegas que reporteaban la situación y otros amigos que marchaban y gritaban alzando el puño alguna consigna de protesta. Entre ellos, me encontré con una alumna que una vez tuve cuando dictaba mis clases de computación, es una señora mayor y que vivió su exilio en Cuba. Lily es su nombre, quien durante la marcha me confesaba su dolor al ver la cueca solitaria, recordando además los inicios del movimiento en la calle Tucapel y las reprimendas de la fuerza pública que las obligaba a huir y refugiarse en la Parroquia El Carmen, templo que siempre se caracterizó por ser un centro de resistencia.
Entre las participantes además, estaba Pilar Sánchez, quien temprano me llamó e invitó a cubrir esta ceremonia. No me encontré con ella ese domingo en la mañana, pero sí encontré su testimonio dejado en el sitio www.atinaarica.cl y que deseo compartir un trozo de sus palabras en esta nota. "No tiene que ver con venganza ni con resentimiento, a un familiar no se le puede abandonar y a un amigo no se le puede olvidar" escribió.
La marcha terminó tranquila, en el cementerio algunos grupos dejaron flores en un pequeño memorial a los detenidos desaparecidos, mientras que otros caminaron por las calles entre los mausoleos para dejar una flor a los que ahí ya descansan… y así de silenciosa, así de respetuosa y así de madura finalizó una jornada de reflexión y recuerdos en Arica.

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Imagen de Pedro

Nunca màs a la barbarie.

Nunca màs a la barbarie. No a la impunidad. Recordando los hoy siempre. Un abrazo solidario y pleno de emociòn a las familias afectadas.