“Es menester, pues, que sepáis que hay dos modos de defenderse: el uno con las leyes y el otro con la fuerza. El primero es el que conviene a los hombres; el segundo pertenece esencialmente a los animales; pero, como a menudo no basta, es preciso recurrir al segundo” (N. Machiavello “El Príncipe” Cap. XVIII)

Las banderas continúan enarboladas, algunas verdes de esperanza, otras negras, por la fe perdida. Como sea la suya, al parecer no importa a nuestros legisladores, quienes uno a uno, nos sonríen como candidatos en campaña, nos tranquilizan con promesas de hacer suyas nuestras inquietudes, de promover nuestra lucha, de introducir los proyectos de ley pertinentes, pero finalmente ganan la partida inquietudes de seguro más atendibles que la regulación de las normas de calidad de agua potable de acuerdo a recomendaciones de la OMS.

Es que en Chile, la NCh 409/2005 que establece la presencia límite de diversos elementos en el agua de consumo humano, no considera elementos tales como Boro, Bario, Níquel y Aluminio, TODOS incluidos en las GDWQ (Guías de Calidad del Agua Potable) de la Organización Mundial de la Salud, en rangos de 0,02 a 0,7 mg/lt. Curiosamente, algunos de éstos SI están incluidos en la NCh 1333 sobre regulación de agua de regadío.

Nuestra particular batalla no la precede la ambición de liderazgos o cargos políticos, que ya tiene suficientes componentes. Esta nace del valor de miles de habitantes amordazados y atados de manos, cada uno con la certeza de ser dignos de salud, de respuestas, de leyes competentes. Ciudadanos de un territorio tan lejos de la capital que a veces nos preguntamos si se acordarán que hace 78 años somos los aguerridos “porteros” de este país con un norte bifronterizo y que a cambio nos dan el agua potable de peor calidad de Chile.

En Enero de este año hicimos eco de la inquietud planteada por la ex Diputada Sra. Rosa González en la Cámara de Diputados en Diciembre de 2004 en relación a los altos contenidos de Boro presente en el agua potable que beben los ciudadanos ariqueños y a quien se le respondió que se “harían estudios pertinentes”. Como a esa fecha, no se vislumbraban respuestas, nos atrevimos tímidamente a iniciar la campaña ciudadana Pro Calidad del Agua Potable a la cual se sumaron algunos dirigentes de diversos sectores de la sociedad civil. Los nombres de Jacqueline Marambio, Héctor Benavides, Sabina Salinas, Sergio Vásquez, Francisca Gamboa, Patricio Valdechy y Claudio Altamirano, entre otros, se sumaron a nuestros corresponsales ciudadanos, quienes en pleno verano, consiguieron más de 2000 firmas puerta a puerta, tanto en sectores periféricos, como en pleno Paseo 21 de Mayo. Unánime consenso: “¡Agua si,, Boro no!”.

La modificación de la norma beneficiaría a todo el país y en particular a las comunas, que como la nuestra, tienen agua intomable o peor, no saben qué elementos contiene el agua potable, que por lo demás, es una de las más caras del país. Así, poco a poco fueron comprometiendo su apoyo algunos parlamentarios de otras regiones. El Senador Carlos Bianchi (IND.), los Diputados Karla Rubilar(RN) y Fulvio Rossi(PS),ambos médicos y Álvaro Escobar (IND.) Obviamente, también adhirió nuestra Diputada Sra. Ximena Valcarce, quien además declaró en Julio pasado que presentaría un Proyecto de Ley con el apoyo de los diputados ya mencionados, planteando la “perentoriedad de incluir el boro en la tabla de contenidos máximos, ya que éste no lo considera en la medición del agua potable”. Felices, creímos que solo faltaba esperar.

Pero en el presente período legislativo, nuestra Diputada ha presentado diversas mociones para Proyectos de Ley entre las cuales ninguno solicita la inclusión de los elementos que faltan para equiparar nuestra norma de agua a la recomendada por la OMS, ni siquiera una sola mención al Boro.

De acuerdo al Art. 62 (Capítulo V) de nuestra Constitución Política los Proyectos de Ley tienen su origen en la “Cámara de Diputados o en el Senado, por mensaje del Presidente de la República o moción presentada por cualquiera de sus miembros” . Los ariqueños hemos elegido quienes, entre otros menesteres, deben poner marco legal a nuestras inquietudes, pero nuestra Diputada en particular, no dio prioridad al mejoramiento de la calidad del agua a través de la incorporación del Boro, siguiendo la normativa internacional.

No existen los superhéroes, podríamos invocar al Chapulín o al Vengador, tal vez a los Cuatro Fantásticos, pero ya estamos crecidos para cuentos y cuentitos, aunque los políticos nos sigan viendo a sus electores como un gran kindergarten, olvidando que a grandes y pequeños se les debe mantener contentos y no llevarlos jamás hacia la desesperación, palabra tan parecida a desesperanza.