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Corría enero de 1962 y las selecciones azul, blanca y roja que Riera había mandado a conformar al sur, norte y la del centro, tomaban cuerpo. Se venía el Mundial a 100 kilómetros por hora (una velocidad sideral para la época).
Bueno, la estrella del seleccionado nacional, el “Alexis Sánchez”, de ese tiempo, era Enrique Cuá-Cuá Hormázabal (otro día les cuento por qué lo de Cuá-Cuá), más desordenado en su vida particular que naipe de tarot y a quien la gente idolatraba y número puesto para dejarla chiquitita en el Mundial en casa.
Pues bien, en las concentraciones se portó mal y el Tata, lo llamó a terreno, encerrándose sólo con él en una pieza de la mansión de calle Colón donde aisló a las estrellas y le cantó el “cuarenta”, sin embargo, recayó.
Es ahí cuando don Fernando (así lo trataban los jugadores), pierde la paciencia y le da un ultimátum... ¿Saben cómo respondió Enrique? Dijo casi textual :“No soy de la partida Profe y prefiero no jugar, no tengo disciplina. Me retiro, no me comprometo”.
Epílogo: Chile se quedaba sin su mejor jugador, pero se refrendaba la disciplina “Riera”, y a la vez la lealtad bien asumida por Hormázabal...
Abril 17, 2009, 15.00 horas.
Soportando una canícula inexplicable para abril, viajo por la zona sur de Santiago, escuchando en la radio del auto los programas deportivos que “flashean” desde Pedreros titulares así cómo: “El Barti se fue” “La Barra reprendió al Presidente Ruiz Tagle”, "Colo-Colo en crisis" y "Viene el clásico”...
Comerciales, el calor es de miedo y un accidente a la altura de Cerrillos, casi no es tomado en cuenta por los automovilistas. Es que todos escuchan lo que yo también perilleo por la “digital".
Es increíble, que la causa de la debacle alba se base en la “quebrada de mano” que el plantel, haciendo causa común con tres “malos de la película” le atornille al revés a “Barti”, detonando con eso, una de sus crisis más terribles: la depresión endógena, que lleva a cuestas y que gatilló su denuncia.
Claro la bipolaridad del DT, revienta y “pone el cargo a disposición” por el bien de la institución colocolina...
Han cambiado los años ¿saben por qué?...
”El Tata”, el “Patricio”(por su nobleza familiar Riera-Bauzá), “El Pije” (por lo ídem), al haber estado en Puerto Varas, para la pre-temporada de Colo-Colo y donde llegaron “compuestitos” tres jugadores: Meléndez, Riffo y Jara (dos horas después, incluso más, a una recogida), les habría cortado la cabeza de inmediato y no les manda a decir a los jugadores por medio de otro, si no que él lo asume y da la cara.
“El Barti” empezó mal, pues los separa cuando ocurre la indisciplina y luego se los manda a decir con Sanhueza, éste les cuenta y el plantel, advertido por el mismo Capitán, hace causa común con los "desordenados", y por lo que el rubio jugador-DT y cantante, echa pie atrás... Nuevamente “malo” lo que hizo: en fútbol, como en muchas disciplinas, “las patas se meten hasta el fondo o no se meten”. Ahí empezó mal la cosa y miren en lo que terminó : con el adiós de un emblemático, nada de mal entrenador, y por sobre todo DECENTE TIPO, que es algo que se necesita en un deporte en el cual los escupitajos en el suelo del camarín, las “canalladas” a diestra y siniestra, los que orinan en los túneles, fuman en las duchas, y que se levantan hasta las esposas, abundan. Con mayor razón no tiemblan, para confabularse y echar a un DT.
¿Han cambiado los años? ¡¡Of course!! como diría Alex Fergusson, y quien le llora a estos “corta cabezas”...
Conozco el paño y hace 25 años que sé del frixo, de la embrocación, del bengué, del linimento... he vivido todas esas etapas, y sé de las “chanchadas” que jugadores amenazados hacen a quienes toman la sartén por el mango..
Hay una sola cosa, que me huele bien en todo esto.
Y es que fíjense que en un “audio”, escuché que la barra, le decía a Ruiz Tagle, el Presidente: ”Que se vayan los tres y no el Barti”... huele muy bien, pues acá en este deporte, el que no se equivoca nunca es el hincha y es el mejor comentarista también, siendo tan fanatinchas, se han dado cuenta que estos tres “frescolines” le cortaron la cabeza al rubio estratega, que acuérdense, ya llegará arriba de nuevo, y sacará provecho de esta experiencia, aunque repito, su “depresión” es una gran contra, pues para tomar el timón de un equipo de fútbol se requiere estar muy bien de la dosis de dopamina y litio del cerebro, y nada de depresiones y púas pa`bajo; hay que tener sangre de horchata y cortar cabeza no más.
Algunos se salvan y son honestos, pero la mayoría de pelafustanes que le dan bien a la pelotita, y no tienen la culpa. Aclaro; provienen de una muy baja “estofa”, lo que les hace adolecer de cultura, lealtad y decencia, de lo que se necesita en todas partes, tanto para jugar a la pelotita, como para escribir un artículo o también para opinar en un medio.
p.d.: Desde el momento que el “Barti” es tratado así por los jugadores y no como don Marcelo, estamos mal, muy mal... dígale a su gerente en cualquier empresa Lucho, Pepe, o trátelo por el diminutivo y en un 99% de casos, el lunes estará de patitas en la vía pública, engrosando la cifra de cesantes, y echándole la culpa a la crisis. El 1% restante, se salva porque está casado con la hija del gerente (broma aparte).
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