Hacer un comentario

Arica: Los lectores leen lo que hace falta en sus corazones

07 Junio 2009
De alguna manera Arica se muere, y procuraré darle aire, respiración artificial boca a boca, a través de mis escritos, mientras llega a la UTI, en alguna ambulancia sideral. Por Eduardo Osorio
Eduardo Osorio >
authenticated user Corresponsal
Me da pena, pero debo ser hombrecito a nombre de los que leen mi columna a “darle otra vuelta de tuerca”, al caso Arica.
Leo el Diario ahora último, y como se debate, asombrado.
Recién, un aymará saca la cara autárquico, antes, un huaso que quiere ser ladino se acantona en Azapa, más allá un dislálico discurso, autómata y anárquico de 5 ó 6 que se repiten con monsergas, sí monsergas, que no van por caminos paralelos siquiera, por eso esta pena, penita, pena mía.
Yo escribiré por siempre, y mi elemento es el lápiz, aunque no lo crean, a mina, y con un llamativo verde, de tinta, en mi bolsillo superior, imperdible, para resaltar y corregir los errores. Lástima que Arica no pueda como yo al revés, expresarse, ni menos enmendar las fallas, pues quienes se lo atribuyen, lo hacen fagocitándose como peces carnívoros y oxolotes dentro de un estanque, así como aquellos de los chifas, mientras aguardas que te calienten la carne mongoliana o los wantán, para llevar.
El olor de las guayabas perece ante el plomo, que no se recicla.
Así también los caminos de la vida FENECEN EN ESTA POLÉMICA “ARTIFICIAL”, este 7 de junio, ¡¡Guácala!!.
Los héroes, sí, ahí está, los héroes, el General BAQUEDANO, DESDE SU TUMBA en Santiago, y Manlio Bustos Quezada ¿lo conocen a este último?, un milico “casi” “golpista”, que también sin embargo escribió un libro “casi” profesional, preocupado de la Arica, que lo acogió como Teniente creo, pero al final le dedicó su “Plan Arica” hace como 60 años, con ganas de aportar, y adivinando lo que venía parece.
Para hablar de su pueblo por ejemplo, hay que saber su historia, y les sorprendí con lo de Manlio amigos míos, lo adivino.
Escribo ideas que me fluyen como esos esteros altiplánicos ahítos de truchas, y aguas al “hielo”, y contrasto con otra columna en la que hablé de la bohemia, que también es cultura, y cuando ésta se ha perdido, y se los dice un trasnochador implacable como yo, es que la cosa va muy mal, muy mal.
Presiento que quienes han hecho del debate y de la autocrítica en el Diario un pan de cada día, más destruyen, que construyen, y son una piara de verdugos, que quieren ver rodar cabeza tras cabeza, como el “colega “ aquel que mandado por un Jeque en la lejana Turquía, fue a miles de kilómetros por la de un Emir, “pasado para la punta”, y él que conciente de sus errores y corrupción, le esperó muy tranquilo, a que éste le cercenara el cuello, y depositara su cabeza en una bolsa repleta de miel para desandar los otros miles de kilómetros de vuelta a la mezquita capitalina, y no se le descompusiera en el trayecto para mostrarle a su amo el trabajo terminado.
¿Acá será la cabeza de quién, dónde hay que llevarla, y en miel?.
Ojalá me entiendan queridos amigos ariqueños, endémicos, silvestres o más civilizados, y presiento a estas horas previas a las fiestas cuando todo se olvida por la jarana, un gran síntoma de culpabilidad y colectivo, que el “ojo” de los sentimientos no puede soslayar, enfrentándose al fantasma de los remordimientos, desde mi óptica humanista.
Ya habrá una mirada tecnócrata o política que acopiar, pero lo humano es fundamental.
Al respecto, a esta misma altura en el año 1983, en un diario mural en la última posesión setentrional de mi país, Chacalluta, escribí lo que era una de mis primeras columnas en el plano periodístico, y hablaba de lo extasiado que me sentía en una tierra de promisión que se desearían los kibutz, que tenía aguas subterráneas que bajaban desde el altiplano y pasaban bajo el desierto, que si se plantase ágave o alóe vera, sus raíces buscarían la humedad, así con cero conocimiento agronómico, de tincada no más, también apunté al litio, amigos, que combate la depresión, y lo que no me he cansado de pretextar en mis escritos, compruébenlo, y de lo que tenemos subterra en Arica, tanta cantidad, que es como para quitarle las ganas de suicidarse a toda la humanidad.
Al respecto los “armonizadores”, pildoritas mágicas que se ingerirán en la mañana, según mis colegas futuristas, y que nos dejarán “tiqui-taca”, por el resto del día, equilibrando todos nuestros humores, serán en base a litio, que no hay en todas partes….pero bueno, llega la hora de dejar el papel virtual que va a Arica, y de escribir para subsistir, aunque debo reconocer que mejor se expresan las ideas cuando son espontàneas y dedicadas a tu familia, y a tu tierra de adopción.
Una angustiosa distancia de 2080 kilómetros, me separa además de los posibles cementerios en que se convierten las poblaciones periféricas de Arica.
Los oportunistas y antropófagos de periodistas aquí tienen una linda oportunidad para destruir la columna, sí no, que Dios me pille confesado, y lo agradezco.
Entonces digo, miremos juntos por el bien superior : ARICA.
________________________________________________
"Las opiniones vertidas en los comentarios son de exclusiva responsabilidad de los ciudadanos que las emiten y no representan necesariamente a El Morrocotudo, medio que sólo actúa como plataforma de expresión democrática . Más detalles en Normas de Uso para Comentarios"



Responder

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Aqui podría estar su imagen. para registrarse, haga clic aquí.

Código de seguridad
Queremos saber si eres una persona y no un robot, por eso responde este siguiente formulario.